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A Lucía Nadín la llamaban Chiquita.
A Aldo Quevedo le decían Dipy.
La foto de ambos está en el escritorio delante de Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.
Chiquita y Dipy son la mamá y el papá del nieto recuperado 131, un hombre que hoy tiene 44 años, vive en la provincia de Buenos Aires, y a las dos de la tarde de este jueves recibió la noticia mientras le mostraban ese mismo retrato.
“Lo vi muy emocionado cuando le dimos la foto”, contó Claudia Carlotto, titular de la Comisión Nacional de Identidad. «Ahora empieza un proceso delicado», agregó. El nieto 131, de quien aún no se dio a conocer el nombre, pidió tiempo para tener el primer encuentro con la familia de sus padres biológicos. La verdad llegó luego de una causa judicial iniciada a partir de una denuncia realizada por el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) de Mendoza.
La noticia estuvo teñida del clima futbolero de estos días. Dijo Estela: “Es una muy buena noticia, que completa un poco el premio que tuvimos con el fútbol. Esto es más que eso para nosotros, es una muy buena noticia que nos despide el año como dándonos esperanza de los que faltan todavía”. En plan de coincidencias futboleras, hubo quienes notaron la curiosidad de tres fechas de este desaparecido: nacido en 1978, denuncia original presentada en 1986, y recuperado en 2022.
“Apelamos a la sociedad a sumarse: cualquier dato o sospecha es suficiente para acercarse. No se guarden la información. No se queden con la duda. Rompan el silencio. Nuestros nietos y nietas están entre nosotros”, agregó Estela en la conferencia de prensa en el Espacio Memoria y Derechos Humanos, donde funcionó la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
Es justamente en el que fue el centro clandestino diseñado y regenteado por la Armada durante la dictadura, el lugar en donde las Abuelas creen que pudo haber nacido el nieto que hoy conoció su identidad.
El comunicado de Abuelas plantea: “Otra vez confirmamos que los casi 300 hombres y mujeres que viven con su identidad falseada están entre nosotros, y nos volvemos a ilusionar con un 2023 con más restituciones».
Historia de una pareja y de un ADN
Durante la conferencia de prensa, las Abuelas de Plaza de Mayo compartieron la historia de Lucía Nadín y Aldo Quevedo:
Lucía nació el 13 de diciembre de 1947, en la ciudad de Mendoza. Aldo, el 26 de noviembre de 1941, en la localidad de San Carlos, de la misma provincia. Se conocieron en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cuyo y a los seis meses se casaron. Lucía era profesora de francés, latín y griego, y trabajaba junto a Aldo en un taller de encuadernación en Mendoza.
El matrimonio militaba en el PRT-ERP. Luego de la detención de un compañero de trabajo, Nicolás Zárate, en mayo de 1976, Lucía, Aldo y Beatriz Corsino, compañera de Nicolás, se trasladaron a Buenos Aires, ciudad donde entre septiembre y octubre de 1977 (con Lucía, embarazada de dos o tres meses), tanto ella como Aldo y Beatriz fueron secuestrados.
La pareja permaneció detenida primero en el centro clandestino Club Atlético y en El Banco. Por testimonios de sobrevivientes, pudo saberse que Lucía fue trasladada desde El Banco para dar a luz entre marzo y abril de 1978. Hay sospechas de que el parto podría haberse producido en la ESMA. Desde entonces, no se supo nada más de la pareja ni del bebé.
La familia no sabía que Lucía estaba embarazada. Con el tiempo pudieron conocer la noticia, por información que les fue llegando, a través de personas que estuvieron con la pareja antes del secuestro. La denuncia formal la realizó el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) de Mendoza, en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI). Y fue la CoNaDI que a partir de una investigación documental que el 23 de junio de 2004 logró confirmar el embarazo de Lucía.
Un año más tarde, la familia Nadin dejó su muestra de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG). En marzo de 2010, la CoNaDI logró dar con el hermano de Aldo y se sumó su perfil al Banco.
Por otra parte, en 2015, a partir de un trabajo de investigación de Abuelas y la CoNaDI sobre información aportada por diferentes personas, se identificó a un hombre que se sospechaba podía ser hijo de personas desaparecidas.
Luego de un análisis documental y el intento infructuoso por contactarlo, en 2019 la CoNaDI derivó la información a la Unidad especializada para casos de apropiación de niños durante el terrorismo de Estado.
En abril de 2019, la Unidad presentó la denuncia ante la justicia. El Juzgado Federal Número 4 a cargo de Ariel Lijo logró localizarlo el 14 de septiembre de este año y lo invitó a analizarse. El hombre aceptó realizarse el estudio genético.
Ayer, el Banco Nacional de Datos Genéticos comunicó la feliz noticia: es el hijo de Lucía y Aldo.
Pese a la pandemia
La última vez que Abuelas de Plaza de Mayo había anunciado la restitución de un nieto, el nieto 130, Javier Matías Darroux Mijalchuk, había sido el 13 de junio de 2019. Tres años después hay una certeza: la máquina que se activó en 1980 con la primera nieta restituida en Argentina Tatiana Ruarte Britos, sigue aún vigente. “Es un trabajo constante, silencioso, paciente y amoroso”, describió Estela de Carlotto durante la conferencia de prensa.
“En los últimos tiempos, a pesar de la pandemia, seguimos trabajando día a día con la esperanza y la convicción de que vamos a encontrar a nuestros nietos y nietas que pueden estar en cualquier lugar del mundo”, dijo Estela de Carlotto que cerró la conferencia asegurando: “Pensamos seguir buscando a los que faltan: son más de 300 nietos y nietas”.
Pablo Parenti, fiscal a cargo de la Unidad Especializada para Casos de Apropiación de Niños durante el Terrorismo de Estado, expresó: “Cada caso nos aporta pistas para seguir la búsqueda, para apuntar mejor”.
Estuvieron presentes también otros nietos y nietas restituidos, entre ellos Horacio Pietragalla Corti, actual Secretario de Derechos Humanos de La Nación, que dijo mirando la foto en el escritorio: “Hoy vuelven a aparecer porque su hijo hoy sabe quiénes son, los miró por primera vez en una foto, eso es traerlos de vuelta a la vida”.
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