Fernando Ausas, director el Registro Nacional Integrado de Vendedores y Distribuidores de Diarios, Revistas y Afines, compartió datos y tendencias que confirman las maniobras de concentración para monopolizar la distribución y venta de la prensa gráfica.
¿Cuáles son las claves de la crisis del sistema de distribución y comercialización?
El Sistema de Venta y Distribución enfrenta una crisis económica e institucional. No son escindibles ambas dimensiones. Diferenciemos por sectores:
La problemática de los vendedores: su raíz es laboral y, en resumen, se trata de un ajuste brutal de esa fuerza de trabajo, con destrucción de puestos y deterioro del 30% de sus ingresos reales en los últimos cinco años.
En el nivel de la distribución: La caída en las cantidades de ejemplares vendidos, siempre tomando el nivel nacional, es sostenida, desde 2008 hacia acá. Las estructuras de distribución fueron dimensionadas para un volumen de ejemplares mayor, y en forma inmediata padecen un problema evidente de costos creciendo a mayor velocidad que ingresos. Cuando estas tendencias configuran un déficit, en una determinada distribuidora; el paso que sigue es la transformación de ese déficit en deuda con el editor, única manera de realizarlo financieramente, para darle continuidad a la actividad.
Esto ocurre en el AMBA (Capital y Gran Buenos Aires) y en el Interior, con las particularidades respectivas de sus distribuidores.
Precios: Para añadir a lo estrictamente económico hay que decir que entre 2008 y 2012 los precios de las publicaciones no acompañaron la indexación de la economía. Fue centralmente Clarín quien definió esa política de precios, y por su poder de mercado, el resto lo acompañó. Cantidades cayendo y precios atrasados generaron condiciones para la situación de conflicto del segundo semestre del 2012, que en finalmente no produjo ninguna mejora a la cadena, excepto un aumento de seis semanas (el denominado conformado) por el equivalente al total del aumento de precios que la cúpula de la industria definió.
Decíamos que recortar la dimensión económica no es pertinente porque la realidad es que el poder de mercado está mediado por el comportamiento empresario, las instituciones representativas de cada uno de los actores y la normativa vigente.
La incomparecencia de Clarín y La Nación en cualquier ámbito estatal que suponga una regulación de la actividad es la contracara de la escasa fuerza relativa de los vendedores de diarios (aunque eso sea dinámico) y de la total connivencia del sector distribuidor con la estrategia de concentración de los dos editores principales.
Hasta aquí las manifestaciones primeras del problema. Ahora, darle a los distribuidores una entidad distinta que la de los editores concentrados es, a nuestro entender, un error. Son, en el sentido amplio, una tecnología que sirve a las necesidades y estrategias de circulación de los editores de la cúpula (Clarín, Nación, Perfil, Popular, Atlántida/Televisa y Publiexpress), con énfasis en los dos primeros. Durante años ese soporte generó un beneficio múltiple: los editores de menores tiradas circularon por un soporte amortizado por los grandes, que simétricamente vieron reducidos sus costos de circulación.
Pero carece de sentido entender hoy a los distribuidores como una pieza separada de Clarín y La Nación, principalmente en el AMBA. El paulatino y sostenido trasvasamiento de las ventas del mostrador a la suscripción configura un proceso productivo distinto al tradicional, que arroja a lugares cada vez más marginales (en la tarea y ecuación del distribuidor) a las editoriales de circulación tradicional. Entonces, las presiones de los distribuidores para captar ingresos diferenciales en todo el sector (menos Clarín y La Nación) es, en definitiva, una estrategia de optimización de…Clarín y La Nación. En el interior la situación es heterogénea, pero repite estos patrones.
Finalmente, si al déficit operativo de muchos distribuidores sumamos que Clarín y La Nación ingresan cada vez mayor efectivo por débito, el riesgo de cobranza y el mayor endeudamiento se traslada verticalmente al resto de Editores, que, para peor, viven exclusivamente de la venta de ejemplares.
La solución debe abordarse por medio de un completo replanteo de la Distribución: en el AMBA, con agrupamiento de distribuidoras y saneamiento territorial, igualación de las tarifas a los niveles de los más grandes, incentivos a la colocación específica por punto de venta, reconfiguración de la red de puntos de venta según la nueva morfología urbana; en el Interior, regulación de rutas únicas de larga distancia y unificación de agencias locales, penalización de la circulación de “basura” y recirculaciones.
Nunca es tarde para crear una estructura nacional de distribución y seguimiento que sume al conjunto de publicaciones que no circula o circula mal para darse sus propias soluciones logísticas, algo claramente factible de organizar, que permitiría ampliar el mercado en el Interior del país.
¿Cuáles son las cifras que trazan una postal del mercado hoy?
En el AMBA, Clarín y La Nación, con todos sus productos, representan el 65% del valor de venta total de la cadena. Poco más de 35 son de Clarín, por efecto de sus mayores cantidades, con mayores precios de La Nación y su mayor inserción en revistas.
Clarín: Domingo AMBA 2008: 600.000 ejemplares, hoy 415.000, 180.000 de ellos por suscripción. En el Interior, cayó de 160.000 a 110.000. En días de semana promedio 100.000 + 35.000 por suscripción.
La Nación: Domingo AMBA 2009: 150.000 por mostrador, 50.000 por suscripción; hoy, 40.000 y 230.000 respectivamente. En días de semana promedio, 35.000 + 60.000 por suscripción.
Luego, Diario Popular vende 75.000 ejemplares los días de semana, y 115.000 los domingos.
En el interior siguen predominando, como es natural, los diarios locales:
DIARIO | PROMEDIO DIARIO |
EL DIA + EL PLATA | 45.874 |
LA GACETA DE TUCUMAN | 35.294 |
UNO + LOS ANDES | 32.213 |
LA VOZ DEL INTERIOR | 30.602 |
LA CAPITAL DE ROSARIO | 27.599 |
EL TRIBUNO DE SALTA | 16.510 |
EL LIBERAL | 13.146 |
DIARIO DE CUYO | 10.771 |
EL LITORAL DE SANTA FE | 9.486 |
EL NORTE DE CHACO | 9.469 |
EL ANCASTI | 7.185 |
EL TRIBUNO DE JUJUY | 6.479 |
LA NUEVA PROVINCIA | 6.419 |
POPULAR OLAVARRIA | 4.145 |
EPOCA | 3.466 |
EL TERRITORIO | 2.115 |
PUNTAL DE VILLA MARIA | 776 |
En este conjunto de diarios locales los precios promedio se triplicaron en los últimos cinco años y las cantidades vendidas cayeron un 19%, como muestra el gráfico que sigue (IQ – barras verticales – es índice de cantidades, e IPP – curva – de precios promedio, con base 100 en Abril de 2009).
Con la misma estructura de análisis, el gráfico que sigue muestra Cantidades Vendidas y Precios Promedio de los conjuntos de Títulos de Revistas de Atlántida/Televisa, Perfil y Publiexpress para el AMBA: la caída en cantidades es del 47% y el precio promedio creció un 185%.
¿Por qué la fiscalización de este sector está en el ámbito de Ministerio de Trabajo?
El 13 de Octubre de 1945 el entonces coronel Perón dictó el decreto N°12.921, luego refrendado por la Ley N°24.095, configurando el carácter laboral de la actividad de los Vendedores de Diarios y Revistas. Desde ese momento y hasta la desregulación de la Economía en 1991 no hubo controversia acerca de esa naturaleza. Desde 1945, y aún después de la afirmación liberal sobre la actividad por decreto N°1025/2000, liquidador del plexo laboral originado en el 45´, el régimen tuvo tutela en el Ministerio de Trabajo, como Autoridad de Aplicación.
Decía en sus considerandos la (gloriosa) 12.921:
“Que dadas las características esenciales que reviste la actividad de las personas dedicadas a la VENTA Y DISTRIBUCIÓN PUBLICA DE DIARIOS Y REVISTAS no obstante la evidente necesidad de protección de su trabajo, éste no ha sido contemplado aún por la legislación social de nuestro país;
Que al no revestir el personal ocupado en las expresadas tareas de calidad de empleados u obreros dependientes directamente de las empresas respectivas, no les ha llegado los distintos beneficios que en punto a jornadas de trabajo, justa remuneración y descanso asegura la legislación a la mayor parte de los trabajadores;
Que la necesidad de protección de ese importante sector de actividad y su injusta situación ha promovido medidas de beneficencia privada, mediante obras de asistencia social, sistema inadecuado y irregular, reñido con los principios en que debe fundamentarse la protección legal de los trabajadores;
Que las dificultades que suscita la reglamentación de esta actividad en razón de prácticas arraigadas y de intereses contrapuestos aconsejan proceder por etapas a la aplicación de un régimen integral de protección, pero en ninguna forma justifica la despreocupación del poder público en la solución de un problema que es forzoso afrontar como parte de una política social tendiente al amparo de las clases más débiles;
Que es indudable la interdependencia que existe entre las empresas periodísticas y el personal dedicado a la distribución y venta publica de los diarios y revistas, por cuando aquellos fijan condiciones y retribuciones de esas tareas y éstos constituyen un elemento esencial e imprescindible de la circulación de las primeras;
Que esa interdependencia impone la necesidad de que el régimen social de protección al personal de referencia impida cualquier práctica injusta que pudiera existir en las condiciones con que los diarios y revistas se entregan a sus distribuidores y vendedores tanto más si se tienen en cuenta que estos últimos, dada la desigualdad económica existente, se hallan constreñidos a aceptar las que le son impuestas;
Que una de esas prácticas que surge con caracteres más ostensibles es la seguida por las empresas editoras de revistas y de diarios matutinos consistente en negarse a recibir los ejemplares no vendidos y devolver el importe pagado por el distribuidor y el vendedor, con la cual estos últimos resultaran perjudicados cuando por cualquier motivo no consiguen vender la cantidad adjudicada;
Que dicha modalidad resulta tanto más injustificada si se tiene en cuenta que los diarios vespertinos admiten, en forma literal, la devolución de los ejemplares sobrantes haciéndose cargo en consecuencia de la parte aleatoria de ese tráfico o negociación;
Que otra situación que debe ser preferentemente contemplada es la que se refiere al uso de lugares determinados de la vía pública para la venta de diarios y revistas, atribuidos en la actualidad sin sujeción a norma alguna y en consecuencia expuestos a privilegios injustificados y a influencias extrañas a las que deben gobernar un aspecto importante en la organización de ese trabajo;
Que las dificultades que importa una reglamentación de las distintas circunstancias, aconsejan la formación de una comisión integrada por las partes interesadas y presidida por funcionarios técnicos, con el objeto de estudiar y proyectar las normas a que habrán de sujetarse los distintos aspectos atinentes a la protección del trabajo de los distribuidores y vendedores de diarios y revistas, de acuerdo con un plan racional y progresivo”.
En el año 2009, por decreto N°1693, se retomó la norma laboral en la actividad de los Canillitas.
El 1693/2009 está cuestionado por inconstitucional por La Nación, por medio de una demanda contra el Estado Nacional, que aún no tuvo sentencia, pero es muy probable que no prospere.
En términos de la laboralidad la actividad no reviste controversia: los canillitas son una fuerza de trabajo desplegada en el momento horario crítico en que se debe finalizar el proceso productivo de una mercancía (los diarios) que vale más en la medida que puede ser entregada al lector con esa distancia horaria entre su edición, impresión y venta/entrega.