La contaminación del aire y el ataque a la salud de la población como reflejo del ecocidio que ocurre con los incendios deliberados de los humedales. Frente al delito de quemar, el contexto de indiferencia e inacción de los gobiernos provinciales y el nacional. El sábado la ciudad se moviliza sobre el puente Rosario-Victoria.   

El buen aire no es el que le da nombre a ciertas localidades, sino el que tiene menos de 50 microgramos de contaminantes por metro cúbico (ug/m3), según los cánones científicos internacionales.  

Moderadamente bueno: de 51 a 100.

Dañina a grupos sensibles: 101 a 150.

Dañina a la salud: 151 a 200.

Muy dañina a la salud: 201 a 300.

Peligro superior: + 300.

La noticia, divulgada por el Centro de Monitoreo Meteorológico y Climático: estas últimas mañanas, con Rosario envuelta en humo, la medición llegó a 483 ug/m3 a las 8.50 del martes 13.  

Aire, fuego y humedales

“Hace casi tres años que estamos con esto, es una permanente molestia, pero hoy sentí como nunca la falta del aire, no se puede respirar mínimamente bien” explica Rodolfo Martínez, de la Multisectorial de Humedales.

La pregunta podría ser: ¿a dónde va Rosario? (Foto de Eduardo Bodiño)

Otra voz menciona efectos y causas: “Es desesperante. Nos están condenando a vivir con enfermedades respiratorias mientras lo que está pasando enfrente, en las islas, es tremendo. El humo molesta en la ciudad, pero en los humedales de Entre Ríos el fuego está arrasando con todo y nunca van a recuperarse porque los incendios son premeditados para instalar allí a la ganadería que no quieren poner en los campos que ahora se dedican solo a los transgénicos” plantea Ivo Peruggino.   

La evidencia: “La multiplicación de los focos de incendio es pareja al aumento de la carga ganadera sobre los humedales”, cosa que se confirma con los relevamientos satelitales.

Imagen satelital (NASA) distribuida por la Multisectorial de Humedales. Las zonas rojas de los incendios.

Peruggino agrega: “Se necesita que el gobierno nacional intervenga. Hay una complicidad enorme de Entre Ríos sobre todo, y también de Santa Fe. Lo de los humedales es un ecocidio provocado para favorecer al poder económico concentrado”.  

Los que no hacen nada

El horizonte que la comunidad quiere revertir. (Foto proporcionada por la Multisectorial de Humedales).

Un dato reciente, divulgado por el diario La Capital con informes del SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentario) demuestra que la propia provincia de Entre Ríos posee 76 establecimientos agropecuarios, principalmente ganaderos. De ese total, 29 establecimientos (37.120 hectáreas con 8.959 cabezas de ganado) están en la zona del Delta. El gobierno entrerriano es juez y a la vez parte del problema. El resultado es el previsible: “Ni Omar Perotti (Santa Fe) ni Gustavo Bordet (Entre Ríos) están haciendo nada” define Periggino. “Si no pueden, no quieren, no saben o no están dispuestos a terminar con este ecocidio, que se corran y se dediquen a otra cosa. Es un momento histórico para el mundo, que exige la manera de producir y habitar este mundo”.

Coche chocado este miércoles en el kilómetro 15 de la ruta 174. El peligro del humo en una de sus facetas tal vez menores, mientras el delito que se comete cotidianamente es el que afecta a la salud de las personas. (Foto enviada por la Multisectorial de Humedales).

Carlos Del Frade es actual diputado provincial por el Frente Social y Popular, pero su origen es el periodístico, actividad desde la que ha venido describiendo en las últimas décadas muchos de los problemas sociales, ambientales y de narcotráfico que hoy están estallando en Santa Fe.

“Lo que se nota es que los hacendados, productores y todos los que incendian del lado entrerriano tienen absoluta impunidad. No los quieren ni molestar, ni se toma en cuenta el daño a la salud pública que están provocando en el sur de Santa Fe”.

¿Cómo puede ser que ante un delito ambiental concreto como el de los incendios, no se vean respuestas? “Por esa impunidad. Pero hay algo peor. No sólo es el delito de los incendios, sino que hay un daño concreto a la salud pública. Ese es el bien afectado. Y el que daña la salud pública directamente debe ser buscado por la policía para ir preso. Pero acá, con el asunto de la Ley de Humedales, que sale, que no sale, que si es una cuestión jurisdiccional, que reuniones, que declaraciones, etéctera, terminamos en excusas para no hacer nada. Como si hubiera que esperar sacar una ley para responder a un delito. Lo que hay que hacer es cumplir las leyes actuales”.    

El ambiente importa un 0,13%

Junto al rio, donde no se ve el horizonte. Foto de Eduardo Bodiño

La clave: se está cometiendo un delito que afecta a la población. Si se estuviera quemando cualquier cosa en una ciudad como Buenos Aires, correrían bomberos y autoridades a sofocar el siniestro. Cuando esto afecta a la naturaleza, o a la salud de las comunidades, y más aún cuando el problema es provocado por los agronegocios, la mayor política parece ser la del silencio.

Del Frade advierte que además estamos ante un delito de flagrancia: que se está produciendo desde hace años delante de toda la sociedad, sin que se efectivice ninguna acción concreta para solucionarlo.  

“Y los delitos flagrantes son jurisdicción de las provincias. No se necesita que esperen a que venga el gobierno nacional” explica Carlos. “Pero además tampoco se puede creer en un Estado que destina el 0,13% de su presupuesto a algo que el mundo y la ciencia reconocen como lo crucial: el medio ambiente. El 0,13 por ciento es como que de cada 100 pesos, destines 13 centavos a algo. Que no digan los funcionarios que defienden el medio ambiente. Con el 0,13% no defendés nada”.

Del Frade dice que el cielo está sucio, no se ve celeste desde hace mucho. “Las veredas están tapizadas como si fuese una enorme peluquería, pero en realidad son cenizas y no pelos lo que vas pisando. Esas cenizas son también las que se respiran. El barbijo es permanente en la vida cotidiana. Las madres cuentan que sus hijas e hijos no duermen y tosen toda la noche. Ayer hubo incluso una asamblea en el frigorífico Swift en Vila Gobernador Gálvez para decidir qué hacer porque no se podía respirar bien, ni trabajar de un modo mínimamente razonable”.

No fumar en el interior

Frente a ese panorama la población recibe como sugerencia lo siguiente:

“Cerrar puertas y ventanas”.

“No practicar actividad física al aire libre”.

“No fumar en el interior”.

“Beber mucho líquido”.

Las sugerencias son del municipio rosarino, y suenan desacompasadas frente al pantano sanitario y ambiental en que se encuentra la ciudad.

Rodolfo Martínez cree que es una mejor sugerencia para la población defender derechos, cuidar genuinamente la salud y evitar ecocicios: “Vos escuchás, y se habla, se habla, pero no resuelven nada. El gobierno entrerriano es el principal ecocida, y para colmo responsable porque en muchos casos se están quemando tierras fiscales. Nunca hay culpables. Como no hay apoyo de las provincias, reclamamos la intervención directa de Alberto Fernández, del gobierno nacional, para que llame a una mesa obligatoria que resuelva esto”.

¿Tienen realmente alguna expectativa en semejante posibilidad? “Hay un grado de desfachatez enorme. Pero se supone que para eso son un poder ejecutivo. Nosotros invitamos a todo el mundo a la marcha, y a que nos escuchen. A Juan Cabandié no, de él lo único que esperamos que renuncie”.  

La Multisectorial se ha propuesto no cerrar puertas y ventanas y practicar cierta actividad física al aire libre el próximo sábado desde las 14, al convocar a una gran marcha y vigilia durante la noche cortando de modo absoluto el puente Rosario-Victoria. “En medio de toda esta tristeza, va a ser una marcha pacífica para estar juntos y fortalecernos en defensa de nuestros derechos y de nuestra vida”.