El colectivo Periodistas Argentinas, formado por más de 200 profesionales de prensa de todo el país, homenajeó ayer en la Manzana de las Luces a otras quince periodistas que son referentes de la profesión. En un día emblemático atravesado por marchas en todo el país, el evento se desarrolló en un marco de gratitud, complicidad y diversidad. Magdalena Ruiz Guiñazú, Mónica Cahen D’Anvers, Nora Lafón, María Seoane, Fanny Mandelbaum, Clara Mariño, Annamaría Muchnik, Gloria Guerrero, Blanca Rébori, Luisa Valmaggia, Nora Bär, Stella Calloni, Diana Zurco, Mónica Gutiérrez y Liliana López Foresi fueron las profesionales que recibieron medalla, flor, abrazo, aplausos y el enorme reconocimiento y agradecimiento de sus colegas.
A partir de las 16.30, en el patio de la Manzana de las Luces —donde funcionó la imprenta en la Casa de los Niños Expósitos y fue cuna del periodismo de la mano de la Gazeta Mercantil—, distintas personalidades del periodismo, la política y la cultura se dieron cita para presenciar el homenaje. Vilma Ibarra, Patricia Saenz, Brenda Austin, Romina del Pla, Carolina Stanley, Dora Barrancos, Laura Velazco, Daniel Arroyo, Cecilia Nicolini, Mara Brawer fueron algunos de los referentes del arco político que se acercaron a la Manzana.
Patricia Saenz, directora de Violencia Laboral en el Ministerio de Trabajo, aseguró: “Es fundamental homenajear a las compañeras en la lucha, siempre hay que poner de relieve la importancia del trabajo de las mujeres porque todavía existen techos de cristal”. Romina del Pla (FIT) sumó: “Esmuy importante porque se ha puesto en evidencia el nivel de violencia, de segregación que sufren las mujeres que trabajan en los medios de prensa. Es muy importante acompañarlas no solo en el reclamo de sus derechos laborales, porque el nivel de precarización laboral de los medios es muy grande, sino también en estas defensas frente al acoso, diferentes situaciones que se han ido produciendo en distitnos medios frente a los cuales muchas han sufrido represalias”. Brenda Austin (UCR) agregó: “Venir a acompañar un hecho como este no hace más que reconocer y agradecer la tarea que han tenido estas mujeres periodistas, así como ellas acompañaron a las mujeres en la década del 90 en el Congreso, que trabajaban para abrir la democracia a la participación de las mujeres. Habla de una construcción de sororidad genuina donde decidimos habitar el siglo de las mujeres”.
La periodista Anabella Messina, de Telefé Noticias, expresó su emoción por “poder celebrar, agradecer a quienes hicieron punta en la lucha en nuestra profesión y en la vida, es un día de reflexión, para seguir aprendiendo, luchando y creando”. Agustina Kampfer señaló: “Estas mujeres nos allanaron el camino, están acá y lo menos que podemos hacer es reconocerlas”. De a poco fueron llegando las homenajeadas y ante cada una que ingresaba al patio, se escuchaban aplausos. Luisa Valmaggia: “Es una emoción tremenda, sobre todo porque son las compañeras las que te reconocen y la verdad es que siempre muchos apuestan a que las mujeres no pueden trabajar juntas, que son competitivas. Esto lo siento como un abrazo amoroso de las que me antecedieron, de las que caminamos juntas y fuimos construyendo un espacio, casi instintiva o intuitivamente. Es también un compromiso de tratar de generar más espacios y entregar la posta a las que vienen, que vienen con una polenta que nosotras a veces ya no tenemos”. María Seoane: “Me siento muy bien, estoy entre colegas, gente querida compañeras y queridas mujeres. Más allá de todas las cosas que cada una piense del mundo y la vida hay una cosa que nos define: todas somos periodistas y eso es una definición”.
Annamaría Muchnik: “La peleamos cada una desde su lugar, pero todas desde la lucha, no desde el festejo. Que nos sirva para incentivarnos a seguir haciendo cosas, a no bajar los brazos y tener el mismo espíritu que tenemos con la ventaja enorme de que las jóvenes se estan juntando, están aunándose a la lucha y eso me encanta. Ver a las pibas muy jóvenes, ya con el aborto pasaba, fue un detonante. Verlas protestar, discutir, manifestarse, me parece maravilloso”.
Nora Lafón: “Ser consideradas por las colegas es algo muy particular. Yo soy una señora de trinchera: creo que si uno deja de hacer algo se marchita, asÍ que no pienso dejar de hacer nada. Trabajo en radio, hago un montón de cosas, miles, no voy a parar. No quiero. Y quiero dejar ese legado a toda mi familia. Quiero seguir adelante”. Fanny Mandelbaum: “Este premio es como cuando te quedás sin aire y te dan una mochila de oxigeno, cuando digo no quiero más, vale la pena porque alguien se dio cuenta que una está haciendo las cosas desde acá”.
Bálsamos y reconciliaciones
Pasadas las cinco de la tarde, el director de la Manzana de las Luces, Gustavo Blazquez dio la bienvenida a todes e hizo una síntesis de las instituciones que funcionaron en este espacio que ya tiene más de cuatro siglos de historia. La periodista Nancy Pazos afirmó: “Este lugar siempre estuvo ocupado por hombres. Vamos a darle luz nosotras, vamos chicas, para adentro”.
Así Nancy invitó a les presentes a ingresar a la Sala de Representantes, otro sitio histórico que hoy fue ocupado con entusiasmo. Al iniciar el acto, Nancy aclaró: “Esto queda fuera del protocolo”, y pidió un aplauso para la periodista Siliva Martínez Cassina, quien trabajó más de dos décadas en Canal 13, y fue una incansable defensora de la equidad de género en los medios. “Es un bálsamo y la reconciliación con el periodismo”, agradeció Silvia y continuó: “En Periodistas Argentinas comenzamos a soñar este encuentro en medio de un año muy difícil, con muchas colegas siendo víctimas de campañas de odio agitadas por el resentimiento y por la brutal exposición a la que somos sometidas día tras día, sufriendo condiciones laborales precarias y el tironeo entre las jornadas de trabajo cada vez más extensas y las responsabilidades del hogar, sobrecargadas, como todas las trabajadoras esenciales, por el protocolo que nos exigió la pandemia. Hoy, que logramos concretar este sueño, tenemos a algunas de nuestras colegas llevando a cabo la dura tarea de informar desde el frente de guerra. Un abrazo especial y un aplauso agradecido para ellas y también para ellos, obviamente”.
Continuó Nancy: “Las quince colegas a quienes, hoy, queremos homenajear surgieron de una lista de nombres zurcida con el hilo de muchísimos recuerdos. Personales y colectivos. Sin dudas, no son solo quince quienes merecen el agradecimiento de todas. Nuestras quince periodistas de hoy son solo las primeras. Año a año Periodistas Argentinas irá diciéndole gracias a todas aquellas que merecen nuestro abrazo por una vida dedicada a informar y enseñarnos”. La primera homenajeada fue Magdalena Ruiz Guiñazú, quien no pudo concurrir pero pudimos verla y escucharla en un video. “Gracias, por ejemplo, por aquella entrevista a un entonces imponente General Galtieri, disparándole preguntas hasta hacerlo temblar. Gracias por ponerle la perspectiva de los derechos humanos a esta profesión escribiendo en la historia dos palabras: Nunca Más”, dijo la periodista Eugenia Moraes. Las periodistas María O´Donnell y Lorena Maciel hicieron la entrega simbólica de la medalla que luego le harán llegar.
Ser libres frente a la desinformación
El segundo “gracias” fue para Mónica Cahen D´Anvers, quien saludó en un video desde San Pedro. Silvia Martinez Cassina: “Gracias por la magia a la hora de las noticias. Por tu buen gusto para todo: para preguntar, para hablar y para opinar. Gracias por transmitir tranquilidad y amorosidad, por el respeto y la seguridad”. Las periodistas Flor Halffon y Luciana Geuna entregaron la medalla a la sobrina de Mónica.
El siguiente “gracias” fue para Diana Zurco, la primera conductora trans en la televisión argentina. “Sin buscarlo me convertí en la primera presentadora de un noticiero central en la televisión pública, estoy muy agradecida por la oportunidad. A la mujer siempre le costaron los caminos, ¿ustedes se imaginan lo que les cuesta a las mujeres trans? Un día dije me voy a levantar de esta depresión, a los 27 años y dije voy a ir al Iser, ese sueño de la primaria con el primer diario de la escuela, un noticiero en el aula, yo iba a un colegio católico y Diana no podía existir ahí. A mí el feminismo me abrazó”, aseguró Diana. Las periodistas Anabella Arrascaeta y Manu Mandy le entregaron la medalla.
Luego, el “gracias” fue para Luisa Valmaggia. “Gracias por la palabra justa, sin gritos, sin ego y con una continuidad que todas quisiéramos tener. Gracias por enseñarnos a permanecer vigentes y contemporáneas», dijo Eugenia Moraes. Luisa respondió: «Siento este reconocimiento como un abrazo amoroso, con hilos sutiles podemos entretejer unabuena escucha, una idea de la importancia de la palabra. Gracias a las que nos antecedieron». Teresa Donato y Anabella Messina le entregaron la medalla y el abrazo.
Llegó el momento del agradecimiento a María Seoane. Nancy Pazos se emocionó al decir que María fue su primera empleadora. “Necesitamos volver al periodismo urgente, que el periodismo sea algo que nos encuentre en el lugar de la libertad. Decir los hechos, apegarse a los hechos. Me gustaría que seamos libres y ser libres para un periodista es poder contar”, dijo María. La entrega de la medalla fue por parte de Agustina Kampfer y Teresa Pacitti.
Le siguió Clara Mariño. “Gracias por permitirnos homenajear, a través tuyo, a todas las productoras periodísticas. Muchas de nosotras hemos sido o somos la Clara Mariño de algún varón privilegiado por tenernos cerca. Y si lo podemos hacer dignamente, es gracias a colegas como vos». Clara tomó el micrófono y cuenta: “Cuando estudié periodismo eran 43 chicos y 2 mujeres. No tengo tendencia a sentirme como una víctima pero hay que reconocer que una mujer periodista tiene que ser casi perfecta para avanzar, trabaja, rendir y mostrar que una vale el doble”. Analía Argento y Silvia Quintans realizaron la entrega.
A continuación, Stella Calloni habló desde un video por no poder estar presente: “Tenemos que luchar contra la desinformación total que han llevado a convertir la palabra en un arma de guerra”. Inés Hayes y Ferni Moreno sostenían la medalla.
Cuando la información cura
La octava medalla fue para Blanca Rébori: “Por sus ovarios y por su solidaridad. Gracias por abrirnos el camino en esas redacciones pobladas de hombres fuertes que aprendieron a respetar tu palabra y tus textos». Blanca: «No es que una reniegue del show, pero si va a ser la primacía de mostrar que esto vende y que lo otro no vende, estamos perdidos». Claudia Regina Martinez y Claudia Acuña se acercaron a abrazarla.
La siguiente medalla fue para Nora Bär: “Por ser la vacuna del periodismo durante toda esta pandemia. Nos curaste con información, en un momento muy difícil. Leerte, en medio del infierno, nos hizo la vida más fácil». Nora afirma que «falta muchísimo, que en las redacciones, canales, radios, haya periodistas especializados y quedó en evidencia en la pandemia. ahí una mala información podía hacer la diferencia entre la vida y la muerte». Andrea Mazzei y Gabriela Navarra saludaron y entregaron la medalla a Nora.
Otra Nora recibió su reconocimiento: Nora Lafon. «Gracias por ser buena periodista y buena gremialista. Gracias por ser una profesional apasionada». Así agradecía Nora: «No hay nada mejor que el reconocimiento de las colegas. Yo llegué hasta acá, a los 83 años, porque tuve dos personas que me ayudaron mucho: una fue mi mamá que me enseñó que todos somos iguales, y yo me lo creí y lo practiqué. La otra persona es mi hija, que me bancó todo en la vida. Le quiero decir a los jóvenes que busquen la verdad, el periodismo sin verdad no sirve para nada y no ayuda a la gente a vivir mejor. Y tengan pasión: el periodismo sin pasión, no sirve para nada». La entrega de la medalla fue por parte de Ana Torrejón y Karina Noriega.
Equidad es democracia
«Nuestra próxima medalla es para Gloria Guerrero —dijo Silvia—. Lamentablemente, Gloria no pudo venir, pero está con nosotras con el corazón. Queremos decirle gracias por la revista Humor, por criar lectoras y lectores que la esperaban en los kioscos para defenderla y leerla con orgullo. Gracias por hacernos desear que, hoy, el periodismo produzca lo mismo que lograste con tu publicación: pasión en lugar de odio”. La medalla se la llevó Ana María Torres Castro para hacérsela llegar. Luego fue el turno de Annamaría Muchnik. “Gracias por permitirnos decir hoy que fuiste algo así como la primera chica Puán en conducir un programa para las amas de casa: eso es la verdadera anti grieta, ¿o no? Gracias por tu feminismo y tu rebeldía, cuando ambas palabras eran tan lejanas y parecían imposibles”, la recibió Silvia. “Agradezco que me estén premiando mis colegas. Les agradezco a mis compañeras de ruta”, expresó, antes de recibi la medalla de parte de Teresa Napolillo y Daniela Chueke.
Fanny Mandalbaum fue la siguiente en recibir la medalla entregada pora Marcela Coronel y Sara Di Tomaso. “Gracias por poner el cuerpo y traernos la información de la calle a la cabeza. Gracias por permitirnos con tu nombre rendir homenaje a todas las cronistas que, día a día, enfrentan la batalla en vivo, en directo y sin red”. Agradeció Fanny: “El periodismo es una pasión que no voy a perder nunca. Somos el puente que hace falta para que quienes no son escuchados, sean escuchados. Y cuánto más ético sea lo que hacemos la gente se anima a contarnos la verdad”.
Anunció Silvia: «La última medalla —en manos de Adriana Lorusso y Paola Butler—es, además, un regalo de cumpleaños. Que los cumplas feliz querida Mónica Gutiérrez. Lamentamos que no pueda acompañarnos pero merece festejar con su familia después de tantos años de pasar tus cumples en un estudio de televisión». Desde la pantalla, Mónica dijo: “Ocupen los lugares, avancen, impónganse. Disfruten del trabajo, del oficio y de vivir”.
Al final de la ceremonia, Silvia, Eugenia y Nancy aseguraron: “Este tiene que ser el año en el que logremos que, en pantallas, micrófonos y redacciones haya igualdad. El año en el que consigamos la equidad. Cuando decimos equidad, decimos periodismo. Decimos oficio. Decimos que no nos persigan por defender nuestros derechos. Decimos que no nos castiguen por parir. Decimos que no nos acosen. Decimos que no nos maltraten ni humillen. Decimos que no nos traten como objetos. Decimos que nos valoren por nuestra capacidad. En definitiva, decimos, respeto.
Decimos democracia.
Decimos igualdad.
¡Decimos Ley de Equidad ya!
Que así sea depende de que estemos juntas y hermanadas. Gracias por habernos acompañado”.
Y así terminó esta ceremonia del abrazo, del agradecimiento, de la alegría por poder compartir el oficio que le hace honor a la curiosidad. Y así nos despedimos, con la promesa de que, como dijeron nuestras homenajeadas, nunca nos falten la pasión y la verdad.