“Si hubiera una decisión política de las conducciones de los espacios ya tendríamos ley de humedales”. Presidente de una de las Comisiones que deben tratar la ley, nota falta de voluntad política de su propio partido, entre el lobby empresario y la presión de los gobernadores del norte y San Juan. El clima en las Cámaras, la responsabilidad del Ejecutivo, el rol del litio, la evidencia del humo, y otras confidencias sobre la responsabilidad, la voluntad y los límites de la política, mientras la naturaleza arde.

La Ley de Humedales lleva una década dormida en el Congreso de la Nación. Desde 2013 las sucesivas pérdidas de estado parlamentario son una constante, abonadas con la indiferencia de la clase política. 

Este año, desde los territorios, se volvió a empujar para que el proyecto que fue consensuado con organizaciones de todo el país fuera nuevamente presentado. Fue a principios de marzo, pero el tratamiento empezó recién en septiembre, en un plenario de las tres comisiones a las que el proyecto tiene giro: Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano, presidida por Leonardo Grosso (Frente de Todos); Agricultura y Ganadería, presidida por Ricardo Buryaile (UCR); y Presupuesto y Hacienda, presidida por Carlos Heller (Frente de Todos).

El plenario fue presidido por Leonardo Grosso, a cargo de la comisión cabecera, y quien anunció que a fines de septiembre iba a haber dictamen. Pero no sucedió. Grosso cuenta por qué.

Se había conseguido motorizar el debate en comisiones, pero 24hs antes del día pactado para el dictamen se cayó. ¿Qué pasó? 

Pasó que las presiones ejercidas por los gobernadores, de todos los partidos, de mi partido y de Juntos por el Cambio, hicieron efecto y empujaron a los presidentes de la mayoría de los bloques a pedir que se posponga el debate con la intención de opinar en el debate. Pero hasta acá lo que pasó es que no han venido a opinar y nosotros ya los invitamos. Es decir: se impuso el lobby minero y el lobby sojero que no quieren que haya ley -ya lo han dicho en otras oportunidades- que no quieren regulación sobre nuestros humedales, por algo no la quieren. Se impuso, empujaron a los gobernadores a hacer un comunicado, estaban todos en una gira en Washington, tuitearon, hicieron declaraciones en Clarín, y deben haber hecho gestiones políticas que no me constan, y terminó suspendiendose la comisión: nosotros nos exponíamos a ir solos. Por una disposición de la Cámara quedó suspendida la reunión conjunta. 

¿De qué gobernadores habla?

De los gobernadores del Norte Grande más San Juan, que son los gobiernos de las provincias que se están oponiendo a la regulación. Lo han dicho públicamente: Raúl Jalil (Catamarca), Gustavo Sáenz (Salta), Gerardo Morales (Jujuy), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Gildo Insfrán (Formosa). Lo han dicho públicamente, dijeron en un comunicado: queremos ley de humedales pero no ésta celeridad en el tratamiento. Después hubo una carta de intelectuales muy importante que le respondió con mucho tino cuál es el proceso que venimos llevando adelante para discutir la ley de humedales, que lleva 10 años en el Congreso, y cuáles son las cosas que permitiría o no la ley, porque la ley no prohíbe nada. Ellos también se paran sobre una confusión importante, por eso nosotros decimos: se impuso el lobby, porque el lobby construye la mentira de que la ley de humedales prohíbe la actividad. 

¿Hay diálogo posible con los gobernadores?

Nosotros estamos dispuestos a dialogar. Hace dos semanas mediante una nota que le enviamos a la presidenta de la Cámara invitamos a los gobernadores a participar del plenario de comisiones y a exponer sus posiciones públicas respecto de la ley de humedales; el viernes pasado volvimos a mandar una nota a la presidenta de la Cámara a ver si había una respuesta formal, y lo cierto es que está pasando la segunda semana y ningún gobernador se dispuso a venir ni a mandar a nadie a ningún plenario de las comisiones. Por lo tanto, no vemos mucha voluntad real de parte de los gobernadores del Norte Grande de debatir la ley de humedales.

Más allá de las vías formales de convocatoria, en su mismo bloque hay diputados y diputadas de esas provincias, ¿a partir de estos diputados es posible el diálogo?

Con los diputados de mi bloque hemos hablado mucho, hemos tenido mesas de trabajo de horas y horas en este último mes y medio para poder arribar a síntesis y acuerdos; de hecho, a esos diputados de esas provincias le he hecho llegar la invitación a sus gobernadores, o a la autoridad competente que designen, para que vengan a la reunión y nada ha pasado. Si bien con mis compañeros y compañeras he trabajado muy bien, lo cierto es que la última palabra de lo que ellos hacen en este Congreso la tienen sus gobernadores. 

¿Se generaron a partir de esta situación tensiones dentro de la coalición oficialista?

Es transversal, las tensiones se han generado en las dos grandes coaliciones y eso es lo que mantiene trabado el proyecto. Creo que la política tiene que dejar de representar directamente determinados intereses económicos, que se representan muy tranquilamente a través de los grandes medios y a través de sus Cámaras empresarias, y empezar a pensar en la demanda de los otros sectores. Es muy fácil para nosotros poner en un spot publicitario que queremos la ley de humedales pero después necesitamos que las conducciones de nuestros espacios tomen la decisión de llevar adelante esas políticas públicas. Eso es lo que estamos reclamando: queremos que haya una ley de humedales. E, insisto, no prohíbe ninguna actividad: solo regula la protección de esos ecosistemas a la hora de desarrollar actividades. 

¿Y las conducciones de ambos espacios mayoritarios sacaron el tema de agenda? 

No le están dando la importancia que amerita; si hubiera una decisión política de las conducciones de los espacios ya tendríamos ley de humedales. 

¿Hablaste con tu jefe de bloque del tema?

Sí, he hablado con la conducción de nuestro bloque, con la conducción de la Cámara, con la conducción de todos los bloques. No hablo particularmente de la Cámara de Diputados: cuando hablo de la conducción de los espacios te hablo de las coaliciones políticas, no es solo el Congreso quien decide eso. 

¿El Poder Ejecutivo está relacionado?

Ajam.

¿Y de esos diálogos que síntesis se podría hacer?

Que estamos trabados; hay una situación compleja, no se termina de desarrollar una síntesis superadora. Estamos en eso. Vamos a seguir intentando. El Frente de Todos tiene una vocación mayoritaria dentro de su bloque de aprobar y sancionar una ley de humedales; una parte de la coalición de Juntos por el Cambio también tiene vocación de sacar la ley de humedales, y algunos bloques intermedios, como el de Graciela Camaño, también. Sin embargo esa situación no alcanza para construir una mayoría abrumadora que empuje a las coaliciones políticas, más allá del Congreso de la Nación, al tratamiento de esta ley, como pasó por ejemplo con la ley de aborto. Entonces así se imponen los intereses más sectoriales de algunos gobiernos provinciales y de los sectores empresarios que prefieren no tener ningún tipo de regulación y entonces imponen un discurso falso que hace que se posponga la discusión una vez más. 

La ley de aborto es un ejemplo de la transversalidad que se pudo construir dentro del Congreso, pero llegó por el empuje de la calle. ¿Falta que la fuerza que tiene la calle y las asambleas de todo el país se sientan en la Ciudad de Buenos Aires? ¿Hay algo de que Dios atiende en el centro porteño?

Sí, hay algo de que Dios atiende en el centro porteño y que la militancia ambientalista está más desplegada a lo largo y ancho de la Argentina, en lugares más lejanos donde no hay acceso a los grandes medios. De hecho es tan así que acá aumenta la presión mediática sobre la ley de humedales cuando el humo del Delta del Paraná llega a Buenos Aires: esa es la triste realidad. Creo que más temprano que tarde vamos a tener una ley de humedales, que los sectores económicos que se oponen y terminan condicionando a la dirigencia política de varios partidos, lo que hacen es negar esa discusión que es indetenible en términos sociales. Hay un sector de la población cada vez más movilizado y hay más niveles de conciencia, en definitiva están retrasando un proceso que no van a poder detener. Llamamos a la reflexión a todos los sectores, a los propios del oficialismo del que soy parte, a la oposición, a los gobernadores que están compuestos por todos los partidos, a los diputados, a las diputadas, y a todos los que hacemos política para tratar de tomar una agenda, asumir un compromiso con el cuidado del ambiente, evitar lo que dice Máximo Kirchner que es ese proceso de flexibilización ambiental que viene después de un mega endeudamiento y debilidad económica del país donde las corporaciones internacionales se hacen más poderosas y avanzan sobre nuestros bienes comunes  recursos naturales de una manera que después compromete el futuro de esos bienes comunes. 

Máximo Kirchner habló también del litio, igual Sergio Massa en la última exposición en el Congreso, ¿hay ahí una clave para mirar por qué está trabada la ley?

Ahí está la clave, y la presión de los sectores más concentrados del poder económico. Hay un prejuicio muy grande, una falta de compromiso con la regulación ambiental en esos lugares donde se podría seguir explotando tranquilamente preservando las capacidades ecosistémicas de esos humedales de altura que son los salares, o algunos de esos salares, donde hay litio. 

En un momento con la Comisión de Ambiente viajaron a Rosario, ¿esa experiencia funcionó? ¿A dónde deberían viajar hoy?

Esa experiencia empujó nuevamente el debate en la Cámara de Diputados; después de eso y la quema nuevamente en Rosario, terminó dándose el emplazamiento. A la comisión habría que llevarla a Ramallo, quizás a alguna provincia donde hay desarrollo de litio para poder discutir con esos sectores cara a cara, y también para que liberen los fantasmas: el ambientalismo no está en contra del desarrollo de Argentina, lo que dice es que se respete la Constitución y se cuide el futuro de Argentina. 

Falta un mes para que termine el periodo legislativo ordinario, ¿cómo se sigue?

Estoy trabajando para dictaminar este año: esperemos construir los acuerdos para tener mayoría que nos permita un dictamen. Creo que puede haber media sanción y después sancionarse en el Senado. Si hay voluntad política no hay problemas de tiempos institucionales: el problema es que no hay voluntad política en la Cámara, y nosotros tenemos que trabajar para construirla.